El fin de los sellos en el pasaporte 😔

 

Los viajes están llenos, también, del romanticismo de los objetos que los habitan.

Un mapa, una brújula, una vieja o nueva libreta viajera, un pasaporte, o incluso un pequeño canto rodado... atesoran un pedacito del alma de la Libertad que nos habita desde los tiempos más remotos de nuestra especie.

 

Estos objetos mágicos y viajeros en el tiempo, son capaces de catapultarnos sin distinción y con la única vela de nuestra intención, tanto al pasado, ayudándonos a revivir anécdotas sucedidas en tal o cual lugar del mundo, como al futuro, haciendo que comencemos a saborear el explendido sabor de la aventura, de lo desconocido, de lo imprevisto, de lo nuevo.

 

En mi caso esta sensación me la evocaban con especial intensidad, los sellos de los diferentes pasaportes que a lo largo de estos años de viaje, he ido portando. Me gusta ver los detalles que contienen cada uno de ellos en los largos viajes de autobús, su colores, sus formatos y sobre todo utilizarlos para saborear de nuevo y a modo de resumen, lo vivido en el país que acabo de abandonar. Son, o eran, bonitos puntos y seguidos que marcaban el final de un capítulo del viaje, y el comienzo del siguiente.

 

Y aunque el Viaje tiene la virtud de ir despojándonos de los objetos con cada paso dado, y sobre todo del apego emocional que le concedemos a los mismos, demostrándonos que las emociones pasadas viven en el corazón y no tanto en los objetos, hay algunas fronteras de la modernidad que como viajero cuesta un poquito más cruzar...

 

Hace unos días he vuelto a cruzar otra frontera, una más, y al salir del cubículo donde la agente de aduanas verificaba sus cosas de agente de aduanas, comprobé que no había puesto el sello en el pasaporte. Y al volver y preguntarla, pensando que tras agradable conversación se le habría olvidado, me dijo sin ningún tipo de delicadeza emocional por su parte...

 

"No, ya no hace falta, le hemos mandado un correo electrónico verificando su salida"

 

A veces, los vientos del cambio me entristecen.

 

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