El Lanin y Junin de los Andes
16 de Marzo de 2013
Llego a Junin a unos trescientos kilómetros al norte de Bariloche, al Parque Natural del volcán Lanin. Y en el camping de esa pequeña localidad me encuentro a dos grandes argentinos: Javier y Sol, ambos tienen mi edad y se han venido desde Buenos Aires en bicicleta. Charlamos durante toda la mañana entre un par de cafés y mate, y tras arreglar el mundo y desarreglarlo un par de veces, cada uno parte camino a sus quehaceres, ellos a subirse el imponente volcán Lanin en una ascensión de dos días, y yo a recorrer el parque, a enchufarme a la naturaleza a full, y a intentar conversar con alguna comunidad Mapuche perdida a lo largo de la orilla del Lago. Los tres cumplimos nuestros objetivos.
Recorrer el parque Nacional del Lanin, es ante todo relajante, hay algún camping agreste, (esto es con unas letrinas de las de campa y ya), regentados por antiguos Mapuches o Araucanos, las dos formas de llamarles en Argentina y Chile respectivamente. Esta etnia indígena es de las más amplias del país ya que estaban asentados en prácticamente toda la Patagonia andina (desde la Región de los lagos hasta el Calafate más o menos)
A la llegada al parque y ya en temporada baja, allí no había ni campings abiertos, ni ches (gente), ni nada de nada, había mapu (tierra) eso si, y además para aburrir. Cuatro kilómetros después y un poco reventado por no encontrar un sitio donde plantar la tienda, me encuentro a dos franceses que hablan muy poquito de español, y que tenían un rebote encima bastante considerable precisamente por lo mismo que me estaba ocurriendo a mi, aquello estaba casi deshabitado, e igual que yo llevaban andado mas de una hora de aquí para allá cargados hasta las patas. "Este parque es Broma!", me dice la francesa bastante irritada... y yo me empecé a reír a carcajada limpia, no entendía mucho porque me reía, pero poco a poco se empezó a reír ella y al final acabamos en un remoto camping agreste, (tras convencer a un tipo en una casa para que nos llevase en su furgoneta), con una hoguerita acogedora, dos campingaz cociendo pasta y por supuesto tratándose de franceses y españoles un par de botellas de vino, que conseguimos en una proveduría (casa de madera regentada por una familia Mapuche donde venden lo básico, abierta a las 23.00 en mitad de la nada), todo bastante surrealista la verdad. Eso si la noche en la que, con el cielo a reventar de estrellas, descubrí la nebulosa de Magallanes, todo regado con un buen vinito y una calurosa hoguera fue perfecta.
El día siguiente los franceses se fueron y yo me dedique a subir a una cascada y andar un poco por la zona, nos despertamos un poco tarde y aunque no dio tiempo a mucho, el entorno natural era increíble. Al caer de la tarde, después de llegar a mi tienda de campaña, me propuse cumplir uno de los objetivos de la visita al parque, conseguir hablar con alguien de la comunidad Mapuche, para conocer su historia, sus tradiciones, sus problemas, y saciar así mi curiosidad sobre los primeros pobladores des estas tierras remotas. Al final... lo conseguí!
La palabra Mapuche, viene de la mezcla de Mapu (tierra) y che (gente) como he dicho antes, así que... gente de la tierra, y su antiguas tradiciones ancestrales en las que la Mapu era objeto de su admiración y adoración fueron arrasadas tal y como me cuenta Felipe, el jefe de la comunidad al otro lado del rio. "Antes, cuando llego el primer guarda parque a esta zona, cultivábamos mas, teníamos mas animales, y los piñones de la Araucaria, no permitían comer y acompañar la carne. Cuando llegaron los guardaparques, sin presentar sus respetos ni nada, construyeron una casa, y luego otra, y luego otra mas, no nos preguntaron donde hacerlo simplemente lo hicieron. Y una vez que tuvieron terminadas sus tres casas, fueron comunidad por comunidad con una hoja con leyes que todos los jefes de las comunidades tuvimos que firmar, en ella nos decían que a partir de cierta cantidad de piñones recolectados tendríamos que pagar, y que también tendríamos que pagar por el numero de animales que teníamos, y que tendríamos que pedir permiso para plantar determinadas especies de arboles o de cultivos para comer..."
Y así poco a poco charlamos en el porche de su casa durante dos horas largas, me contó la lucha que esta llevando a cabo el pueblo Mapuche por su dignidad y el reconocimiento de sus tierras, que estuvo en la mismísima Casa Rosada hablando con Cristina Fernández Kitchner, y que esta le recibió muy bien, y que les ayudo a conseguir el reconocimiento de sus tierras, ahora no pagan por el ganado, ni por recoger piñones, muchos mapuches han dejado la comunidad para regentar sus propios y muy rústicos negocios dentro del parque Natural, y las cosas están mas calmadas. Pero cuando le miras a los ojos te das cuenta de que tras setenta y un años de vida, en la que la lucha por defender, mas que un trozo de mapu, la dignidad de quien vive desde hace tiempo con sus propias reglas, no ha acabado. Al menos para Felipe.
Llego a Junin a unos trescientos kilómetros al norte de Bariloche, al Parque Natural del volcán Lanin. Y en el camping de esa pequeña localidad me encuentro a dos grandes argentinos: Javier y Sol, ambos tienen mi edad y se han venido desde Buenos Aires en bicicleta. Charlamos durante toda la mañana entre un par de cafés y mate, y tras arreglar el mundo y desarreglarlo un par de veces, cada uno parte camino a sus quehaceres, ellos a subirse el imponente volcán Lanin en una ascensión de dos días, y yo a recorrer el parque, a enchufarme a la naturaleza a full, y a intentar conversar con alguna comunidad Mapuche perdida a lo largo de la orilla del Lago. Los tres cumplimos nuestros objetivos.
Recorrer el parque Nacional del Lanin, es ante todo relajante, hay algún camping agreste, (esto es con unas letrinas de las de campa y ya), regentados por antiguos Mapuches o Araucanos, las dos formas de llamarles en Argentina y Chile respectivamente. Esta etnia indígena es de las más amplias del país ya que estaban asentados en prácticamente toda la Patagonia andina (desde la Región de los lagos hasta el Calafate más o menos)
A la llegada al parque y ya en temporada baja, allí no había ni campings abiertos, ni ches (gente), ni nada de nada, había mapu (tierra) eso si, y además para aburrir. Cuatro kilómetros después y un poco reventado por no encontrar un sitio donde plantar la tienda, me encuentro a dos franceses que hablan muy poquito de español, y que tenían un rebote encima bastante considerable precisamente por lo mismo que me estaba ocurriendo a mi, aquello estaba casi deshabitado, e igual que yo llevaban andado mas de una hora de aquí para allá cargados hasta las patas. "Este parque es Broma!", me dice la francesa bastante irritada... y yo me empecé a reír a carcajada limpia, no entendía mucho porque me reía, pero poco a poco se empezó a reír ella y al final acabamos en un remoto camping agreste, (tras convencer a un tipo en una casa para que nos llevase en su furgoneta), con una hoguerita acogedora, dos campingaz cociendo pasta y por supuesto tratándose de franceses y españoles un par de botellas de vino, que conseguimos en una proveduría (casa de madera regentada por una familia Mapuche donde venden lo básico, abierta a las 23.00 en mitad de la nada), todo bastante surrealista la verdad. Eso si la noche en la que, con el cielo a reventar de estrellas, descubrí la nebulosa de Magallanes, todo regado con un buen vinito y una calurosa hoguera fue perfecta.
El día siguiente los franceses se fueron y yo me dedique a subir a una cascada y andar un poco por la zona, nos despertamos un poco tarde y aunque no dio tiempo a mucho, el entorno natural era increíble. Al caer de la tarde, después de llegar a mi tienda de campaña, me propuse cumplir uno de los objetivos de la visita al parque, conseguir hablar con alguien de la comunidad Mapuche, para conocer su historia, sus tradiciones, sus problemas, y saciar así mi curiosidad sobre los primeros pobladores des estas tierras remotas. Al final... lo conseguí!
La palabra Mapuche, viene de la mezcla de Mapu (tierra) y che (gente) como he dicho antes, así que... gente de la tierra, y su antiguas tradiciones ancestrales en las que la Mapu era objeto de su admiración y adoración fueron arrasadas tal y como me cuenta Felipe, el jefe de la comunidad al otro lado del rio. "Antes, cuando llego el primer guarda parque a esta zona, cultivábamos mas, teníamos mas animales, y los piñones de la Araucaria, no permitían comer y acompañar la carne. Cuando llegaron los guardaparques, sin presentar sus respetos ni nada, construyeron una casa, y luego otra, y luego otra mas, no nos preguntaron donde hacerlo simplemente lo hicieron. Y una vez que tuvieron terminadas sus tres casas, fueron comunidad por comunidad con una hoja con leyes que todos los jefes de las comunidades tuvimos que firmar, en ella nos decían que a partir de cierta cantidad de piñones recolectados tendríamos que pagar, y que también tendríamos que pagar por el numero de animales que teníamos, y que tendríamos que pedir permiso para plantar determinadas especies de arboles o de cultivos para comer..."
El Lanin y Junin de los Andes
Reviewed by Miguel Tárrega Fernández Mellado
on
5:46:00
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